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INSULINA Y ACUMULACIÓN DE GRASA DESPUÉS DE LOS 40



¿Cómo Afecta la Insulina la acumulación de Grasa Después de los 40?


A medida que pasamos los 40, muchas mujeres comienzan a notar que la grasa corporal, especialmente la abdominal, se acumula con mayor facilidad. Uno de los factores clave detrás de este cambio es la insulina, una hormona fundamental en el metabolismo, pero también protagonista en el almacenamiento de grasa cuando no está en equilibrio.


¿Qué es la insulina y cuál es su función?


La insulina es una hormona producida por el páncreas cuya función principal es regular los niveles de glucosa (azúcar) en sangre. Cada vez que comes, especialmente carbohidratos, los niveles de glucosa en sangre aumentan. En respuesta, el cuerpo libera insulina para mover esa glucosa hacia las células, donde se usa como energía o se almacena para después.


¿Qué pasa con la insulina después de los 40?


Con la edad, muchas mujeres experimentan una disminución en la sensibilidad a la insulina. Esto significa que las células no responden tan bien a la insulina como antes, obligando al cuerpo a liberar más cantidad para lograr el mismo efecto. Este estado se conoce como resistencia a la insulina y es más común en mujeres a partir de los 40 años, especialmente durante la perimenopausia y la menopausia, cuando los cambios hormonales como la caída de estrógenos agravan el problema.



¿Cómo contribuye la insulina a la acumulación de grasa?


Cuando la insulina está constantemente elevada (por una dieta alta en azúcares y carbohidratos refinados, falta de actividad física, estrés, sueño deficiente, etc.), el cuerpo entra en un modo de almacenamiento:


• Inhibe la quema de grasa: Mientras hay insulina en circulación, el cuerpo prioriza el uso de glucosa y bloquea la lipólisis (la quema de grasa almacenada).

• Favorece el almacenamiento de grasa: El exceso de glucosa no utilizada se transforma en grasa, especialmente en la zona abdominal.

• Aumenta el apetito: Los picos y caídas de insulina provocan antojos, especialmente de carbohidratos, creando un círculo vicioso.


Señales de que podrías tener resistencia a la insulina:

• Dificultad para perder peso, especialmente grasa abdominal

• Cansancio después de comer

• Hambre frecuente o antojos de dulce

• Acné o piel grasa, especialmente en la zona mandibular

• Cambios de humor, irritabilidad

• Síndrome de ovario poliquístico (SOP)

• Triglicéridos altos o prediabetes


¿Cómo mejorar la sensibilidad a la insulina después de los 40?


La buena noticia es que puedes reentrenar a tu cuerpo para volverse más sensible a la insulina con hábitos clave:

1. Entrenamiento de fuerza: Estimula el uso de glucosa por el músculo, mejorando la sensibilidad a la insulina.

2. Ayuno intermitente (bien guiado): Puede reducir los niveles de insulina y favorecer la quema de grasa.

3. Comer proteína en cada comida: Ayuda a estabilizar el azúcar en sangre.

4. Elegir carbohidratos de calidad: Prefiere integrales, verduras, frutas enteras, legumbres.

5. Dormir bien: La falta de sueño eleva la resistencia a la insulina.

6. Controlar el estrés: El cortisol crónicamente elevado también afecta la sensibilidad a la insulina.


Conclusión:


Después de los 40, la insulina se vuelve una pieza clave en el rompecabezas de la acumulación de grasa corporal. Entender cómo funciona y qué hábitos ayudan a mantenerla en equilibrio es fundamental para evitar el aumento de grasa abdominal, prevenir enfermedades metabólicas y lograr una composición corporal saludable.


No se trata de eliminar los carbohidratos ni de hacer dietas extremas, sino de recuperar el control hormonal a través de estrategias inteligentes y sostenibles.


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